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Bota, paro, agresión



Una patada con bota militar en el estómago! Una persona cae desplomada al lado izquierdo de la reja blanca de Salud y Vida en el fondo puntos de salpicadura, sangre joven chorrea la pared y la bota del hombre uniformado; tanto que apelan a su comercio, a sus industrias, sostenidas literalmente con la vida de seres humanos, (porque todo comerciante tiene algo que ver con la organización narco paramilitar, sea vacuna o contribución).


¿Sabemos quiénes son los dos jóvenes golpeados que aparecen en el video? Hijos, hijas, mamás, papás, personas huérfanas de la indiferencia colombiana, de generaciones de seres humanos fallidos, que se han permitido el vendaje en los ojos, con comodidad ante la ficción de una barriga llena, dos tres tejas, carro pagado en cuotas, celular, ropa...


Qué absurdo momento de la vida. Inmediatamente, el oficial de policía levanta las manos ovacionando a sus padres comandantes, aquellos que les dieron la orden a esos policías y a sus compañeros a lo largo y ancho de nuestro hermoso suelo colombiano .


Tombos, tontos, asumieron el nefasto mandato de burlarse de la indignación, humillando con su fuerza belicosa y torturadora, la triste desesperanza de un pueblo que después de un año de encierro, hambre y miedo, sale a la calle de un país, curtido de guerras no sentidas, guerras ajenas, que otrora fueron en los campos y los ríos, territorios de la guerra, para poder permitir el ingreso de maquinarias invasoras modernas, ahora allí no hay proporción en la defensa de la tierra, y naturalizamos tanto el miedo, la muerte y el dolor, que presumimos con arrogante indiferencia que ser líder o lideresa social es dar por sentado el asesinato y la barbarie de la tortura y el desplazamiento, desterritorialización, desombligaje.


¿Quiénes nos gobiernan? No tiene sentido. lógica o coherencia. La violencia, la violación de derechos, la discapacidad para ver lo que pasa realmente en el país de usted y yo. El hombre que representa la seguridad del país, levanta las manos y las agita gritando ofensivamente, como la más baja táctica de guerra, sucia, desproporcional a la defensa, mercenaria, ¡Resistencia! ¡Resistencia! y repite, RESISTEEENCIA! mientras saca una tremenda "patada voladora" con un impulso despiadadamente agresivo, y se la deposita en el abdomen a un hombrecillo de camiseta de la selección Colombia, éste inmediatamente cae lejos...La quietud de sus compañeros, representa todo lo que sucede en la institución.


El golpe de la cabeza contra el suelo, siempre será un sonido aturdidor e impresionante. La acción nefasta e inhumana, no se detiene, continúa en el lado izquierdo nuevamente, otro agente bajó tres escalones como con saltitos inocentes... y le juape encima al primer hombre mencionado, ¡patadas, patadas!, pisotones en la cabeza, con la bota de la pública fuerza, al primer hombre caído, ¡bolillazo, bolillazo! al primer ser lesionado por un brazo de fuerza aberrante, de autoridad abusiva y psicópata, que aporrea sus amistades, vecinas y vecinos, sus compatriotas, sus iguales. Gasea cobarde pelaos, peladas, que luchan desde las vías de hecho por la reestructuración del orden en un estado de cosas que hace mucho tiempo dejó de ser asertivo en la reivindicación y garantía de los derechos humanos de todas las personas, de todas nosotras.






Karina Rivas Cardona

Mamá de Lia Oshun R. Rivas - Geopoeta - Coautora del libro feminismos andantes. Secretaria General Fundación de mujeres Afro Mareia - Arte social en movimiento. Vicepresidenta Corporación Rosa Parks - Comuna 13 Medellín Colombia. Cofundadora de la Colectivas Las Malungas - Universidad de Antioquia - +57 317 881 79 45




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